Hadden, El soldado

Mi historia comienza en una noche tormentosa, llovía a raudales, en fracciones de segundo los rayos alumbran el pedregoso camino, el viento nos impedía seguir hacia delante.
Yo tenía seis años e intentaba caminar junto a mi padre que me gritaba sin descanso
-Hadden no te sueltes de mi mano.
Yo asustado por aquella tormenta que hacia que se me estremeciera el cuerpo me aferraba a la mano de mi padre.
Fue entonces cuando en medio de aquella imponente tormenta cuando sucedió todo. Fuimos asaltados por un gremio de asaltadores, donde mis inocentes ojos veían a personas encapuchadas que gritaban a mi padre que le dieran todo el dinero. Mi padre respondió.....,no se muy bien que respondió en ese momento yo estaba asustado aquella tormenta, aquellas personas extrañas, cuando paso, no lo recuerdo bien ,solo recuerdo correr y llorar mientras mi padre yacía en el suelo mojado, rodeado de extraños hombres que estaba alrededor de él. Esta frase se quedo grabada en mi mente, nunca la olvidare:
-Hijo, corre y no mires atrás, se valiente. Decía el mi padre
-Padre, tengo miedo, no me dejes. Conteste yo
Corrí esperando una segunda respuesta de mi padre, pero nunca llego. Corrí y corrí hasta que no pude mas, mis piernecitas de niño decían ¡Basta! , pero la frase de mi padre todavía recorría mi mente (-Hijo, corre y no mires atrás, se valiente), con lo que me daba fuerzas para seguir corriendo bajo aquella feroz tormenta.
No se cuanto corrí, ni cuanto recorrí solo recuerdo caer rendido al suelo , mientras las nueves me miraban y se mofaban de aquella escena mientras escupían rayos.
No se quien fue ni que ocurrió pero vi dos sombras que me decían:
-No te preocupes ya estas a salvo.
Dos días después me desperté en una iglesia según los sacerdotes de allí estaba al norte de Villadorada.
Allí me enseñaron a leer y escribir pues no había ido nunca a la escuela, me vistieron, me dieron de comer y cariño aquello que unos hombres me habían quitado.
Yo desde aquellos días empecé a interesarme por los problemas de la gente y a ayudarlos del modo que fuera. Fue entonces cuando en uno de mis viajes desde la Abadía a la aldea, cuando vi un destacamento de soldados del rey pidiendo que los jóvenes se unieran al ejército. Fue entonces cuando volví corriendo a la abadía y fuí a hablar con el sacerdote mayor,que era una persona de avanzada edad, sabio y respetuoso, su nombre era Zicarón, le conté lo que había visto, y que tenía pensado alistarme cuando llegara a la mayoría de edad, al sacerdote mayor le pareció bien.
Comencé a entrenarme sin descanso para poder algún día vengar la muerte de mi padre. Pasaron años hasta que alcance la mayoría de edad, fue entonces cuando me aliste, pero mi situación empeoró, no tenia dinero y todo lo que conseguía me lo gastaba en mantener mi espada afilada, alimentar a mi caballo y lo restante bebia cerveza mientras reflexionaba sobre mi vida.
Mi situación era dificil, dormía en las cuadras al calor de mi fiel corcel, ya que no tenía dinero para pagar una posada. Pasaban dias y dias y mi vida continuaba igual, eso me desesperó, acabé bebiendo alcohol en la posada de mi querida Allison todos los dias, ella era la única que hacía por intentar entenderme, yo cuidaba de que no hubiera problemas en la posada y ella, acambio, de vez en cuando, me invitaba a comer.
Mi vida era una monotonia en la que el único entretenimiento, era la bebida, ya que con ella conseguía apartarme de la cruda realidad.
Aunque se podrian escribir libros con mi historia, yo os la cuento de forma breve ya que la vida de una persona puede cambiar radicalmente, de ser un soldado adicto al alcohol a llegar a ser alguien aceptado y respetado por la sociedad.
-Eso espero… Me dije no muy convencido mientras me acurrucaba entre las pajas del establo.